Organización Viajes en Marruecos - Lo mejor de Marruecos

Sensata y tranquila, agradable y cosmopolita, surcada por amplias y floridas avenidas, todo en ella parece más refinado e incluso más ordenado que en otras ciudades. Un rico pasado histórico y un excepcional clima ponen la guinda al pastel de la capital política y administrativa del reino.
Está rodeada de coloridas laderas, montañas y por supuesto, de armoniosos jardines de colores tan vivos que impresionan hasta los gustos más exquisitos. Posee la mayor universidad del país y está repleta de tiendas, librerías, cines y teatros. Es también la suministradora tradicional de alfombras del reino, con el diseño de las esterillas para la oración, con algunos motivos de origen persa.

Es perfecta para descansar y pasear tranquilamente, sin ninguna prisa, contemplando sus amplias avenidas, edificios públicos y embajadas que cabe esperar de un moderno centro político.
Cuenta con uno de los centros comerciales más grandes del Norte de África y sus tiendas de lujo, nacionales e internacionales, suelen encontrarse en la avenida de Mohammed V, auténtico centro administrativo y comercial de la ciudad nueva. También podremos encontrar múltiples firmas en los barrios selectos como el de Agdal, especialmente concurrido.
Encontraremos numerosos restaurantes de distintas especialidades, así como bares de copas y diversos espectáculos.

Lugares de interés:
Torre Hassan: Está localizada al Noreste de la ciudad, muy cerca del Mausoleo Mohamed V y de las orillas del río Bou Regregen. Es uno de los principales lugares de visita obligada en Rabat. Fue un proyecto emprendido por el sultán almohade Yacoub el-Mansour en el año 1197, el cual pretendía que fuera la mezquita más grande de todo el imperio marroquí, debía medir unos 80 m. de altura, pero finalmente quedó inacabada, quedándose en los 44. Esta famosa torre es "hermana" de la Giralda de Sevilla y de la Mezquita Koutoubia de Marrakech. El proyecto de dicha torre fue planeado para superar a sus dos hermanas, pero esta torre era sin duda demasiado grande en proporción a la población que había en Rabat en dicha época y fue inacabada por la muerte de Yacoub el-Mansour en 1199.
Mausoleo Mohammed V: Localizado muy cerca de la Torre Hassan, pero separado por siglos de distancia. El Mausoleo Mohamed V se empezó a construir en el año 1962 en agradecimiento a este soberano que llevo a Marruecos a su independencia. Más de cuatrocientos artesanos ayudaron a crear esta majestuosa obra, en su interior encontraremos una gran sala excepcionalmente trabajada con todo lujo de detalles; en su centro encontraremos la tumba de ónix, hecha de marfil blanco pulido como un autentico espejo, el techo está cubierto con tejas verdes en honor a la Bandera de Marruecos.
Kasbah des Oudaîa: Situada al norte de la ciudad, al pie de la desembocadura del río Bou Regreg, es uno de los lugares recomendados de visita obligada si estamos de paso por la ciudad de Rabat, La Kasbah de los Oudayas es un recóndito lugar en donde podremos pasar una buena tarde fuera de lo habitual.
Medina: La construcción de esta preciosa medina data del siglo XII. Quizás la Medina de Rabat no sea tan grande o exótica como la de Casablanca o la de Fez, pero a cambio nos ofrece poder pasear sin ser atosigados, ya que Rabat es una ciudad mÃ¡s administrativa que turística. Esto puede ser un punto a nuestro favor si lo que queremos es conocer realmente una ciudad árabe. En la Medina de Rabat podremos hablar con los lugareños sin ser acosados, y sin que la charla acabe en una suculenta propina.
Palacio Real y murallas almohades: Rodeado de su propia muralla, está generalmente abierto al tráfico rodado y ocupa la parte sureste de la ciudad almohade, circundada por murallas de ladrillo rojo. En el interior del recinto hay una escuela, un campo de golf, caballerizas y apartamentos residenciales, al igual que los distintos departamentos del gobierno, oficinas del gabinete, Consejo y Corte Suprema.
Necrópolis de Chellah: Se encuentra situada al sur de la ciudad romana de Sala. Fueron los Merínidas quienes edificaron esta necrópolis en el siglo XIV, para que los sultanes merínÃes fueran enterrados en ella. En La Necrópolis de Chellah podremos respirar un ambiente muy pacifico, llegando a estar en una profunda tranquilidad, en el cual veremos un precioso minarete de azulejos multicolores, que parece vigilar todo el recinto.